Fernando Temprano (Talantia), en el “Ágora FIFED”: “La digitalización es la mayor ola de cambio desde el fuego, pero lo más interesante es la velocidad a la que se está produciendo”

 

Sumamos conocimientos e innovación para impulsar el desarrollo económico

 
El invitado, en el centro, junto al presidente de FIFED, Vicente J. García Gil, y un nutrido público.

El invitado, en el centro, junto al presidente de FIFED, Vicente J. García Gil, y un nutrido público.

Aunque introdujo su intervención como una sencilla “exposición de sus experiencias y algunas ideas”, el encuentro del pasado 13 de marzo con Fernando Temprano fue uno de los más reveladores que hemos compartido en el “Ágora FIFED”.

El actual socio fundador y consejero tecnológico de Talantia (consultora especializada en nuevas tecnologías aplicadas al medioambiente) vino a hablarnos de los efectos de la innovación en sectores como la energía, las tecnologías de la información y el derecho, en una ponencia que tituló “Cambios tecnológicos exponenciales y disrupción”.

Fernando Temprano se hizo emprendedor en 2017, después de casi treinta años en Repsol, los últimos diez como director del Centro de Tecnología, y de su paso, anteriormente, por una empresa minera, y observa que “la digitalización supone probablemente la mayor ola de cambio tecnológico desde el descubrimiento del fuego”.

El enfoque de su presentación iba más allá: “Lo interesante de todo esto no es el cambio en sí, que trae consecuencias económicas y sociales brutales, sino la velocidad a la que se está fraguando”, aseguró. “Atendiendo a la curva de adopción tecnológica, el teléfono tardó casi ochenta años en introducirse en la sociedad, mientras que el smartphone lo hizo completamente en Estados Unidos en alrededor de cinco: ahora los cambios se suceden en décadas o, incluso, en años”, apuntó el químico de profesión.

Desde una perspectiva casi filosófica, quien por un tiempo fue también profesor de universidad hizo reflexionar al auditorio sobre un tema del que todos somos conscientes, pero en el que, seguramente, no nos hemos detenido a profundizar lo suficiente.   

“La tecnología provoca cambios exponenciales (y recordaba la revolución agrícola, industrial, demográfica…), pero estos son difíciles de predecir porque el ser humano tiene una concepción lineal del mundo”. Y ahí es donde está el quid de la cuestión para el socio fundador de Talantia: “Hay que anticiparse a los cambios y, a la vez, preguntarse: ¿qué quiero ser de mayor?”.

Fernando Temprano ponía el ejemplo de General Electric, “la única empresa que se ha mantenido en el top ten de la bolsa americana desde principios hasta finales del siglo XX y que ha sabido adaptarse a todos los cambios de mercado y tecnológicos sin dejar de hacer caja”: el secreto. Y es que, según el ponente, tenemos que aprender de la historia, pues el desarrollo humano y el tecnológico se dan la mano y los ciclos económicos y tecnológicos conforman unos modelos, unos patrones que sirven para hacer predicciones.

Durante la hora que duró su intervención, tras lo cual se generó un enriquecedor debate entre los presentes, el invitado perfiló su discurso con algunas definiciones que cualquiera querría apropiarse. Para él, la innovación no es más –ni menos– que “un cambio basado en el conocimiento que genera valor”; la revolución digital, “una suma de datos, comunicación e inteligencia”; la disrupción, un fenómeno que “dematerializa, demonetiza y democratiza” y la inteligencia artificial, “el destilado del conocimiento humano y de todo su potencial”.

Trajo a colación también el caso de Amazon, que empezó con la venta online de libros. “Lo de menos eran los libros: estaban probando un modelo de negocio para después aplicarlo a otros sectores y escalarlo”, explicó. Del mismo modo, Fernando Temprano considera que hay que quitarse la obsesión por la tecnología y que lo verdaderamente importante es el modelo de negocio: “con esto claro, se trata de buscar el mejor socio tecnológico para construir el negocio”.

“Con la digitalización se ha producido otro efecto antes nunca visto y es que la tecnología ha llegado antes al individuo que a la empresa”, puntualizó. Habló de la nueva revolución económica social, el transporte como servicio, y para terminar, nos dejó una consigna útil para casi cualquier proyecto vital: “Conocer, enfocar, colaborar, experimentar, comunicar (CeCeC)”.